La infografía, poderosa herramienta de doble filo
por: José Fernando Machado
Siglo XX: las empresas tenían un gerente, un portafolio de productos o servicios y unos clientes. Asimismo, una vez al año imprimían un reporte de gestión enfocado principalmente en su actividad productiva y comercial, en el que ocupaban un lugar destacado las utilidades. Eso ya pasó.
Por: José Fernando Machado
Por: José Fernando Machado
Siglo XXI: las empresas son dirigidas por un CEO, tienen diferentes grupos de interés y ofrecen soluciones a sus mercados objetivos. No hacen reportes de gestión sino informes de sostenibilidad, que no van dirigidos a lectores sino a usuarios, y no los envían a una dirección física sino electrónica. De hecho, sus destinatarios no son lectores en el sentido clásico del término, porque estos documentos no van a ser leídos de manera plana sino interpretados y comprendidos; y no son extensos textos con algunos gráficos de barras, sino pocos párrafos, algunas frases destacadas, “bullets” e infografías.
En este cambio de patrones de consumo de información tiene un rol fundamental el diseñador gráfico o, mejor, el comunicador visual.
La infografía es una poderosa herramienta de comunicación que permite asimilar contenidos a vuelo de pájaro y llegar fácilmente a toda clase de públicos. De hecho, una de las formas más efectivas para asimilar información compleja en cualquier ámbito y entenderla de manera tal que permita tomar decisiones acertadas, es simplificándola y visualizándola mediante esquemas o diagramas hasta que afloren su esencia y sus principales relaciones. Eso lo aprendí del arquitecto planificador Álvaro Ávila Bernal, en clase de Urbanismo en la universidad.
Aunque los gráficos tienen una existencia de muchos años, desde la aparición del diario USA Today en 1982 estos elementos ahora llamados infografías (del inglés informational graphics) han revolucionado el diseño, en especial el periodístico y el editorial1, además de los contenidos con fines pedagógicos. La tecnología digital, por su parte, ha multiplicado el alcance y las posibilidades expresivas de la infografía.
El comunicador visual tiene en la infografía, como especialidad, un espacio de creación y aporte inmensos, que debe conocer a fondo y utilizar con ética. Es bien sabido que una forma sutil de manipular la información es mostrar las verdades a medias. Por ejemplo, cuando una empresa lleva cinco años de crecimiento continuo en sus ingresos, exhibe este resultado con un destacado gráfico de barras en sentido ascendente, así no haya obtenido utilidades; cuando ocurre lo contrario y las cifras no son tan positivas, se suele indicar solo el dato del último año de manera discreta, evitando que el lector establezca conexiones no tan convenientes, y se le da más protagonismo a logros como el ahorro de energía “para salvar el planeta” o la vinculación de algún empleado en condición de discapacidad para demostrar un espíritu inclusivo. En ninguno de los dos casos se ha mentido en el sentido básico del término, pero tampoco se han mostrado los hechos con objetividad.
Esta manipulación de la información, de la cual los medios a diario hacen gala con maestría en todos los ámbitos, es muy delicada y los comunicadores visuales no deben prestarse para ella; algo difícil de cumplir, cuando la supervivencia económica depende de un contrato con ese medio. Y aún más difícil cuando el comunicador visual hace las veces de infógrafo sin dominar este oficio como especialidad y sin una clara conciencia del alcance de lo que muestran sus trazos y sus datos.
No obstante, hay casos destacados: diarios colombianos como El Tiempo y La República han ganado importantes reconocimientos en certámenes internacionales por la calidad de su infografía.
Qué bueno que los diseñadores gráficos y en general los comunicadores visuales pongamos especial atención al diseño de infografía, pues una parte cada vez más importante de la información se va a expresar por este medio. No se trata solo de reconocer la diferencia funcional entre un “pie” y un gráfico de barras, se trata de poner todo el talento, la creatividad y el criterio para informar, describir, explicar, enseñar e inclusive convencer con objetividad y responsabilidad.
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